La transición de los hijos hacia la edad adulta: orientación básica a los padres

A continuación, algunos puntos a considerar, cuando se acerca la etapa de transición de los hijos hacia la edad adulta, alrededor de los 18 años de edad, la cual suele implicar procesos de separación, relacionados, por ejemplo, a la entrada a la vida universitaria o al mundo laboral.

  • La manera en que los padres se enfrenten a la etapa de transición de los hijos hacia la edad adulta, será un reflejo del modo en que se hayan posicionado con respecto a la crianza, desde que comenzaron a desempeñar ese rol. Especialmente importante será el acercamiento que hayan tenido en torno a dos aspectos fundamentales: la disciplina y las situaciones de separación.
  • En cualquier etapa, es indispensable que cada padre se considere, más allá de su rol paterno o materno, un hombre o mujer con sus propios deseos e intereses. Sólo así, podrá reconocer y respetar a sus hijos como seres independientes con derecho a desarrollar deseos e intereses particulares, que no siempre coincidirán con los suyos.
  • Igualmente imprescindible es que, desde sus inicios, el manejo de la disciplina esté dirigido, no a que los hijos se sometan a unas normas arbitrarias y caprichosas, sino a que desarrollen un sentido de responsabilidad por sus acciones; a que aprendan a evaluar y a asumir las consecuencias de sus actos, para sí mismos y para los demás.
  • Si los padres han sabido transmitir a sus hijos, desde la niñez, un sentido de confianza y seguridad en que son sujetos autónomos con la capacidad para tomar decisiones y ser responsables de sus actos, la transición hacia la edad adulta marcará para los padres, ante todo, la culminación del proceso de acompañar a sus hijos en el descubrimiento de su propio camino, un camino donde ya no puede haber cabida para la dependencia que antes era inevitable, aunque en menor medida cada vez.