A manera de reflexión

La condición humana nos avoca a distintos padecimientos, los cuales en la actualidad son nombrados como depresión, manía, ansiedad, entre otros. Más allá del diagnóstico, es fundamental que el sujeto humano pueda interrogarse ¿qué me está pasando? ¿qué tengo que ver con ello?

El trabajo clínico, sostenido, apuesta por renunciar a la repetición de aquello que nos aqueja

Es desde la pregunta que la persona que sufre se hace sobre la particularidad de sus síntomas, que podría dar cabida a una nueva manera, inédita, de posicionarse subjetivamente ante ello.

La psicoterapia abre un espacio de escucha para que el sufrimiento psíquico del ser hablante pueda ser cifrado en palabras, pueda ser elaborado…. ¿De qué se sufre?

” (…) de ser amado o de no serlo, de estar solo o de no estarlo, de hablar o de callarse, de la repetición o de la novedad, de saber o de ignorar, de tener o de perder, de estar lleno o de estar vacío…en fin, todo, absolutamente todo puede hacer sufrir: lo demasiado, lo insuficiente, la nada, lo justo (…).” 1

El trabajo clínico, sostenido, apuesta por renunciar a la repetición de aquello que nos aqueja, para que en el encuentro con los límites, los propios y los de los demás, haya una margen de libertad para decidir otra manera de vivir.

  1. Marie-Helene Brouse, ¿De qué sufrimos?, Virtualia 5- Abril-mayo 2002

¿Por qué nuestro hijo tiene problemas?

Destacado

El título de este apartado hace eco de un maravilloso texto escrito por la Dra. Anny Cordié, psicoanalista y neuropsiquiatra. Los padres, sin saber que está pasando con sus hijos e interrogados en sus funciones maternas y paternas, llegan a la consulta del psicólogo con esta y otras preguntas: ¿Por qué nuestra hija fracasa en la escuela?

¿Por qué nuestro pequeño nos hace la vida intolerable con sus conductas violentas? ¿Por qué mi hija no aprende? ¿Por qué Valeria no habla? ¿Por qué Carlos padece de erupciones en la piel que resisten a todo tratamiento? ¿Por qué Gabrielita comete reiteradamente el mismo error cuyo soporte no es de orden cognoscitivo? ¿Por qué Isabel se queja de dolores en el cuerpo sin haber causa orgánica?

El sufrimiento no es una experiencia ajena a los niños. La clínica psicoanalítica posibilita dar cuenta de sus manifestaciones en la práctica cotidiana. Asimismo permite operar sobre los estados de angustia, dificultades conductuales, inhibiciones, vicisitudes en los aprendizajes, entre otros. El analista abre un espacio de escucha para que se pueda restituír el sentido de los síntomas a los efectos de que el niño pueda “liberarse de él”.

Al decir de Baraldi, jugar es cosa seria: “(…) el jugar, lejos de constituir una acción espontánea, es el efecto de un trabajo que el infante realiza. Trabajo que como tal tiene su especificidad, su lógica y su finalidad.” (Clemencia Baraldi, Jugar es cosa seria, 2004). La terapia de juego hace posible el despliegue de la escena lúdica. El juego del niño remite al saber del inconsciente. Los infantes repiten en sus juegos lo que en la vida les ha causado fuertes impresiones intentando resolver la experiencia traumática.

El juego infantil tiene sus particularidades en función del momento de la constitución subjetiva por la que el pequeño está atravesando. En la relación terapeútica, el infante da cuenta de las dificultades y la complejidad de sus vivencias. Por ello, en la clínica con infantes se confía que cada vez que un niño juega en el tratamiento, está “jugando aquella escena que necesita ser jugada.” (Equipo de psicopedagogía, Aprendizaje y Desarrollo, En red, marzo 2002)

* Anny Cordié, Doctor: ¿por qué nuestro hijo tiene problemas?, Buenos Aires: Nueva Visión 2004.